Del cuaderno de Adelaide:
"En estos días yo recibí mi primera Comunión.
Como todas las tardes fui llevada al lugar de las apariciones
y nuevamente aparecía el punto luminoso. Luego se aparecía
manifestando Nuestra Señora con pequeños angelitos
y dos santos ambos a sus lados. La Virgen me dijo: Ora
por los pecadores obstinados que hacen sufrir mi corazón
porque ellos no piensan sobre la muerte. También ora
por el Santo Padre, que está pasando momentos muy feos.
Tantos son los que lo maltratan y muchos son los que atentan
contra su vida. Yo lo protegeré y Él no saldrá
del Vaticano. La paz no tardará, pero mi corazón
anhela para el mundo que todos se amen como hermanos. De esta
forma el Papa sufrirá menos.
La Señora tenía entre las manos dos palomas
negras que simbolizan la unión que deben tener los
consortes para formar a las familias santas, a la mirada vigilante
de la Virgen. Todavía nos enseña que no se puede
ser una familia santa sin vivir en confianza entre las manos
maternales de Nuestra Señora.
La Señora no me reveló el nombre de eso dos
Santos que tenía a sus lados. Sólo por mí
inspiración interior yo tenía la intuición
clara de sus nombre: San Mateo y San Judas. El nombre de Judas
tiene en mí memoria un triste recuerdo porque él
ha traicionado involuntariamente a Nuestra Señora.
En esta aparición veo la dulce caridad de la Virgen
, que mostrándome a San Judas ha querido con este nombre
prevenirme y ponerme al cuidado de las pruebas que yo había
encontrado para afirmar la palabra maternal y segura que no
supe sostener desgraciadamente. En mi corazón siento
mi gran error que pesa, pero también habiendo imitado
a Judas traidor yo quiero santificarme siguiendo a San Judas
como ser apóstol y mártir por amor a Jesús
y la Virgen. No obstante San Mateo me inspira confianza del
corazón y salvación porque el también
ha sido pecador y Jesús lo ha hecho apóstol
en su nombre.
Los dos Santos vinieron vestidos de marrón . La Virgen
estaba vestida de color rosa con un manto verde; en la frente
tenía un emblema en forma de corona con pequeñas
perlas luminosas incrustadas de diferentes colores. Antes
de alejarse miró con su agrado a los dos Santos, y
después desapareció".
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