Del cuaderno de Adelaide:
También esta aparición fue precedida de las
palomas y en el punto luminoso se manifestó la Sagrada
Familia, vestida como ayer en una iglesia. Hacia la puerta
principal había: un asno de color grisáceo,
una oveja blanca, un perro de pelo blanco con manchas marrones,
un caballo del color marrón usual. Los cuatros animales
se arrodillaron y ellos movían la boca como si oraran.
De repente el caballo se levantó y pasando por detrás
de la Virgen salió por la puerta abierta, se dirigió
hacia un campo de azucenas, y no hizo a tiempo a pisar todo
lo que el quería, porque San José lo siguió
para atraparlo, el caballo cuando vió a San José
corrió a esconderse detrás de una pequeña
pared que servía de recinto en el campo de azucenas,
el caballo se dejó agarrar con docilidad y acompañado
de San José volvió a la Iglesia dónde
se arrodilló y retomó la oración nuevamente.
Ese día expliqué en ese hecho del caballo,
que era una mala persona que quiso destruir a los buenos.
Ahora puedo explicar simplemente los sentimientos producidos
en mí por esa visión. En el caballo ví
a una persona soberbia y mala, con mucho poder que abandonó
la oración para destruir las azucenas de ese magnífico
campo, pisando y malogrando a escondidas la frescura y la
simple inocencia.
Es de notar que mientras el caballo hacía estragos,
en aquel campo, manifestaba un sentido de malicia buscando
de no ser visto. Cuando el caballo vió a San José,
resolvió abandonar el daño furtivo que había
ocasionado para esconderse detrás de la pequeña
pared del campo. San José acercándose lo miró
con una dulce mirada de reproche y lo condujo a la casa de
oración. Mientras el caballo había hecho el
daño, los otros animales continuaron la oración.
Ese día expliqué en ese hecho del caballo, que
era una mala persona que quiso destruir a los buenos. Ahora
puedo explicar simplemente los sentimientos producidos en
mí por esa visión. En el caballo ví a
una persona soberbia y mala, con mucho poder que abandonó
la oración para destruir las azucenas de ese magnífico
campo, pisando y malogrando a escondidas la frescura y la
simple inocencia.
Es de notar que mientras el caballo hacía estragos,
en aquel campo, manifestaba un sentido de malicia buscando
de no ser visto. Cuando el caballo vió a San José,
resolvió abandonar el daño furtivo que había
ocasionado para esconderse detrás de la pequeña
pared del campo. San José acercándose lo miró
con una dulce mirada de reproche y lo condujo a la casa de
oración. Mientras el caballo había hecho el
daño, los otros animales continuaron la oración.
N. B. Las manchas particulares del pelo del perro son figura
de la fidelidad familiar tan corrupta. La puerta abierta del
templo es la figura de la libertad que Dios da a cada criatura".
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Esa tarde
ocurrieron fenómenos solares impresionantes en Ghiaie
de Bonate y en la Lombardía.
Muchos de ellos eran los testimonios de
las personas que se encontraron en el lugar y en los países
cercanos. Hacia las seis, el sol salió de las nubes,
y giró vertiginosamente sobre él proyectando en
varias direcciones rayos de luz amarilla, verde, rosa, azul
y violeta que colorearon las nubes, los campos, los árboles
y la marea de gente: después de algunos minutos el sol
se retiró para retomar enseguida el mismo fenómeno.
Muchos notaron que el disco se hizo blanco como una ostia ,
las nubes parecían descender hacia la gente. Los que
observaron en el cielo vieron la corona del rosario y la figura
de la Bella y Majestuosa Señora con el manto suelto.
Otros de lejos vieron delinearse el rostro de la Virgen en el
sol. Desde Bergamo muchos dan testimonio de haber observado
al sol de color pálido y de emanar rayos de luz con todos
los colores del arco iris que lanzó a varias direcciones
y notaron un gran haz de luz amarilla, de un intenso brillo
bajando perpendicularmente del cielo sobre Ghiaie. |