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             Un día, me ha llamado, me ha enviado 
              lejos, preparado, protegido y cuando todo parecía absurdo 
              e imposible, me ha hecho entender, guiado, y abierto las puertas 
              extensamente, para que yo hiciera saber al mundo que Ella, era "Nuestra 
              Señora Bella y Majestuosa", que realmente se aparecía 
              a la pequeña Adelaide. 
            Consagro este sitio a Nuestra Señora 
              de Ghiaie de Bonate. 
            Alberto Lombardoni 
             
               
            
               
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